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29 de octubre de 2010

Lámparas de bola





¿Por qué se pusieron de moda en los 70? Un auténtico misterio. La pantalla en forma de globo provocaba que cada vez que se fundía la bombilla la probabilidad de que cascara al cambiarla se multiplicara de forma exponencial, y encontrar un recambio era casi imposible porque igual que se pusieron de moda de repente dejaron de estarlo. ¿Quién no ha tenido una lámpara en su casa a casquillo descubierto o con distintas coberturas? ¿Qué niño no se ha cargado alguna vez la lámpara de mesilla de sus padres?

28 de octubre de 2010

Nevera portatil Campos





Mi querida nevera, otro juguete más. La mayor ilusión de un infante era poder llevarla, mejor dicho, intentarlo, a los dos pasitos la tenía que coger nuestro forzudo padre porque nos limitábamos a arrastrarla por el suelo, que para que nos vamos a engañar, era muy divertido. También lo era meter los chismajos azules de plástico helados para que se conservara el frío, llenarlos era otra juerga, solía acabar más agua en el suelo que dentro del envase. Y lo más de lo más, el mayor reto para un niño, era encargarse de cerrar la tapa con las dos pinzas, casi tan fascinante como el cierre de las Caseras. Aunque siempre parecía estar bien cerrado, la mayoría de las veces quedaba suelto y al tirar del asa todo el contenido acababa por el suelo, o lo que era peor, en la tierra, o en la arena. La de pobres sandías que habrán terminado con traumatismo craneal.

27 de octubre de 2010

Flexos años 70







Los entrañables flexos de los 70, que más que lámparas eran linternas con forma de seta, sólo iluminaban el libro, y eso si no era muy grande. Nada que ver con los arrogantes y elásticos flexos actuales, los de los 70 parecían acobardados, encorvados, iluminaban pero como pidiendo perdón, eran de una timidez extrema.

18 de noviembre de 2008

Walkmans y grabadoras

Esas cosas tan extrañas que se abren y permiten la introducción de un chismajo raro que tiene dos agujeros centrales, cassettes creo que se llamaban.



14 de noviembre de 2008

Bolsa de agua

Nuestra Pirelli:

La primera Cadena

Completita donde las haya, plato, doble pletina grabadora para piratear todo tipo de cassettes y para grabar cualquier programa de la radio, y lo más espectacular de todo el equalizador que convertía cualquier canción en una sinfonía de colores a lo coche fantástico, un altavoz lo situamos en la habitación y otro en el pasillo convirtiendo la casa en una verdadera discoteca, para escuchar las canciones en stereo era preciso situarse en el marco de la puerta con un oido dentro y otro fuera.









Y los chismajos de limpieza de los discos:



Las primeras cassettes:





Los primeros discos:













7 de noviembre de 2008

Aspiradoras

Estas fotos van por aquellos sábados por la mañana de limpieza. Cuando hasta lloriqueabas para que tu madre te dejara a ti pasar el aspirador. Y aspirabas, y aspirabas, y aspirabas... hasta que en mitad de todo aquel ruido electrico te chillaban: ¡PARA YA QUE LA ALFOMBRA YA ESTÁ LIMPIA! Y en lugar de aspiradora todo el tiempo habías visto en tus manos un super robot.





Anda que no me gustaba a mí desajustar y ajustar los chismes esos rojos.

Los primeros televisores

Por supuesto en blanco y negro, la de sorpresas que me he llevado al ver los trailers de las series que veíamos de pequeños porque casi todas las recordaba en blanco en negro y resulta que la mayoría eran en color, que decepción, el blanco y negro es mucho más colorido.

Nuestra primera tele, la Inter.




Nuestra primera portatil la Telefunken, lo jodido que era buscar las cadenas con la maldita ruleta y fijar la imagen con las antenas móviles.





Y la primera en color, el color ideal consistía en un botón que una vez presionado milagrosamente daba más color, el efecto picassa con años de antelación.

5 de noviembre de 2008

Cassettes





El clásico más clásico: las casettes de philips



Y ya que hablamos de las casettes hay que mencionar también a sus amigos: el boli bic, no el que escribía fino sino el que todavía sigue escribiendo normal, y el papel de celo.

Cuando el reproductor de casettes, generalmente el walkman, pellizcaba las cintas y recuperabas una casette con varios metros de tripas fuera, podías volver a enrollar todo el desaguisado con el boli bic en una de las ruedecillas dentadas de la casette . Y aún hay más, que diría Super Ratón. La resistencia de las casettes llegaba a extremos hoy impensables. Cuando unos centímetros de cinta se te habían arrugado por los muchos pellizcos y enganchones, y el reproductor se bloqueaba en aquel gurruño, cortabas por lo sano con las tijeras y empalmabas las partes sanas con papel de celo. Tras los sonidos misteriosos que producía el empalme ¡podías seguir escuchando la cinta!

¡Qué grandes las casettes!