29 de enero de 2009

Pelotas de goma

Las normalitas:

Botaban bastante bien.

Pero lo más de lo más en cuanto a pelotas eran éstas:

Botaban como auténticas locas. Las grandes eran un auténtico tesoro. Las pequeñas se vendían en el quiosco. Tuvimos unas cuantas de las pequeñas porque como saltaban tanto enseguida se perdían. Eran tan grandes los saltos que pegaban, que daban ganas de asomarse al balcón y tirarla a la calle con la seguridad de que al rebotar fijo llegaba al balcón y podías recuperarla... bueno...
pues no se podía; saltaban mucho pero hasta el balcón no llegó de vuelta. Las llamábamos pelotas de la montaña porque por dentro había una especie de montañita con un montón de caminitos de colores que llevaban hasta ella; o eso nos parecía.

2 comentarios:

  1. Mi hermana tenía una de las pequeñas naranjitas, y cierto es que botaban a lo bestia, además que era un bote extraño porque nunca sabías cual iba a ser su trayectoria, creo que todavía la conserva.

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  2. Botiboto, pues si puedes manda foto y estaremos encantados de incluirla en el blog. Yo también tuve una naranja de las pequeñas pero se perdió.

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