




Cierto que no hay otra igual. Que el pan untado en nocilla es uno de los mayores placeres sobre la faz de la tierra. Hasta aquí lo bueno. Pero vamos a lo malo. Analicemos el desprecio de los anunciantes de nocilla por las niñas: "hombres fuertes de nocilla" ¿y las niñas, qué? ¿Dónde dejaron a las mujeres fuertes de nocilla? que las había, y muchas, y las sigue habiendo. En fin. Nada más. Era sólo un apunte para la reflexión.

Juguete magnético que regalaban con la Nocilla.
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