Gomas de borrar que no borraban porque de puro guapas daba pena usarlas:
Según se te iba gastando la goma, ibas quitándole piezas por delante y encajándolas en la parte de atrás.
Las más sufridas, y su versión estilizada, mis favoritas:
Las de boli más potentes, tanto que se cargaban el papel.
Las de nata.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Donde estén las cositas sencillas...
ResponderEliminar