

Según se te iba gastando la goma, ibas quitándole piezas por delante y encajándolas en la parte de atrás.

Las más sufridas, y su versión estilizada, mis favoritas:


Las de boli más potentes, tanto que se cargaban el papel.

Las de nata.
La infancia en los 70 y 80
Donde estén las cositas sencillas...
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