Las tijeras eran pequeñitas y con la punta redondeada para evitar apuñalamientos en el cole.

Las había también metálicas sin colorines y de punta cuadrada. Estoy por jurar que las tijeras verdes y rosas de la foto vinieron en en el juego la rueda de la moda.
Pero el mejor, el más divertido, y el más preciso método de recorte era el punzón, lo bonitas que quedaban las mesas de madera después de una esforzada sesión de punzoneo, marquetería fina.

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