Jugar a las mariquitas era recortar estas muñecas, sus vestiditos y ¡a jugar!
Pero también jugar a las mariquitas era jugarse literalmente estas mariquitas de la foto. Cada niña ponía en el montón las mariquitas que cada una se jugaba en la ronda. Todas las mariquitas boca abajo. Por turno cada niña palmoteaba encima del montón y las que se dieran la vuelta ya eran suyas. Cada día ganabas y perdías montones de mariquitas. Procurabas no jugarte jamás tus favoritas.
Las más grandes las llamábamos "pocholos" y valían más que las pequeñas. Podías jugarte un pocholo contra varias de las pequeñas.
26 de octubre de 2008
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