Elena Fortún nos presenta a Celia desde que cumple los siete años hasta que cinco libros después se despide de nosotros. A continuación, solo podemos verla de vez en cuando entre líneas en los libros de su hermano Chuchifritín, y cada vez más mayor en los libros de otros niños de su familia: Matonkikí, Mila, Piolín. Celia crece definitivamente en el libro “Celia en la revolución”, una de las visiones más interesantes sobre la guerra civil española de toda nuestra literatura.
A través de Celia, Elena Fortún habla de muchas cosas, pero sobre todo, Elena Fortún entrega a todos los niños una amiga real con quien jugar, con quien hablar, con quien olvidar. Todos los que hemos leído a Celia de pequeños, la queremos y la recordamos como esa niña rubia de pelo rizado que saltaba de las páginas de aquellos libros de pastas azules para estar con nosotros. Los sábados por la mañana los pasábamos cortándole el pelo a la gata Pirracas, encerando el suelo con mantequilla, asustados y maravillados con las historias de aparecidos de doña Benita, jugando con la cigüeña Culiculá, recitando en una obra del cole: “con sigilo me iré, y nadie me verá” y preguntándonos dónde estaba ese Sigilo con el que nos teníamos que ir y que el muchacho no venía. Los domingos por la noche, cuando empezaba a pesar que mañana había cole nos escapábamos con Celia al jardín de Paulette, y mirábamos sin comprender a su tío Rodrigo cuando nos decía que teníamos que corretear por las aceras por el simple hecho de ser pequeños. Qué poquitas cosas entienden los adultos.
LIBRO COMPLETO (DESCATALOGADO) EN PDF:
¡Que maravillosos libros!!! cuantos ratos he pasado y paso aún releyendo las aventuras de Celia, de Cuchifritín, de Matonkiki y despues de Mila, la hermana pequeña de Celia, su vida en el america...su boda....en fin, soy gran admiradora de la obra de Elena Fortún y en especial de esta saga, de la que tengo todos los libros, incluso el tan poco conocido Celia en la Revolución.....debería ser de lectura obligatoria en los colegios.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta entrada.
Un saludo
Marilia