En el quiosco vendían esto:
Esta especie de crucecitas de colores, creo recordar que las había también versión flores, se enganchaban e ibas haciendo filas sin fin. Nos pasábamos un rato venga a enganchar estas piezas hasta que lo deshaciamos todo y otro día volvíamos a empezar. ¿el arte por el arte?
No sólo vivíamos de Tentes y Exines, también recurriamos a la construcción tradicional de madera, a mayores tuve un juego de construcción de plástico que consistía en montar un pueblo con iglesia y escuela incluidas, que cuando lo recibí fue una gran decepción y que más tarde se convirtió en uno de los más jugados, la de poblados que montaba con las figuritas de Asterix y los omnipresentes Pitufos.
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