

"Érase una vez, no hace mucho tiempo, una semillita que cayó en el suelo blando.
Se sintió tan a gusto que se acurrucó bajo una hoja seca, marrón.
Y pronto se quedó dormida.
Por la mañana el Sol dio un salto por detrás de una colina, y le dijo:
-Semillita, ha llegado la hora de crecer. Yo te enseñaré todo lo que hay que saber.
Escúchame bien y te convertirás en un árbol que llamarán el Árbol Sabio.
...y la semilla estiró los brazos
y creció...creció... CRECIÓ.
Después de mucho, mucho tiempo, la Semilla le dijo al Sol:
-Te he escuchado y he crecido. ¿Soy ya el árbol que me dijiste?
-Claro que sí- dijo el Sol-. Eres el Árbol Sabio".
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